A QUIEN PUEDA INTERESAR

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.Ildemaro German Cardozo Gutiérrez

martes, 28 de julio de 2015

Derecho a la contratación colectiva Fuente. Informe PROVEA 2014


Derecho a la contratación colectiva Fuente. Informe PROVEA 2014

Derecho a la contratación colectiva

Según la Memoria 2014 del MPPPST 54-55, en 2014 se tramitaron 820 proyectos de con-venciones colectivas, logrando amparar y beneficiar a un total de 245.851 trabajadores y trabajadoras, mediante la homologación de 45256 convenciones colectivas. En este período persistió el desbalance entre el número de convenciones homologadas en el sector privado (417) y en el sector público (35). El número de trabajadoras y trabajadores amparados y beneficiados con la homologación de estas convenciones colectivas disminuyó drásticamente con respecto a lo registrado en la memoria el MPPPST en 2013, que situó la cifra en 1.160.844 trabajadores y trabajadoras amparados y beneficiados por el reconocimiento de este derecho.
Desde 2004 se viene produciendo una disminución en el número de convenciones colectivas homologadas. Entre 1995 y 2004, 5.367 convenciones colectivas fueron homologadas, un promedio de 536 por año. Entre 2005 y 2014, la cantidad de convenciones homologadas fue de 4.528 con un promedio anual de 452, lo que representa una disminución de 15,6%. Según el MPPPST, en 2014 se realizaron 207 negociaciones de pliegos referentes a conflictos colectivos de trabajo por demandas de las organizaciones sindicales debido a incumplimientos patronales.
Entre las convenciones colectivas aprobadas en el sector público destaca la que ampara a los trabajadores de la empresa PDVSA (Petróleo y Gas y PDV Marina) para el período 2013-2015, firmada por el presidente Nicolás Maduro en febrero de 2014. Sin embargo, al igual que en años anteriores, durante el proceso de negociación del contrato colectivo petrolero persistieron las denuncias de dirigentes sindicales sobre exclusión y discriminación de sectores no afectos al oficialismo. Otra de las convenciones aprobadas en el sector público fue la del Sistema Metro, que beneficia a trabajadores del Metro Valencia, Metro Maracaibo, Metro Los Teques y Sistema Integral de Transporte Superficial, S.A. (Sitssa). En la Administración Pública Central se produjeron avances en materia de contratación colectiva, aunque los mismos estuvieron igualmente acompañados de denuncias por exclu-sión y discriminación de sindicatos no afectos al oficialismo y por la imposición de figuras militarizadas ajenas al movimiento sindical. El 12.05.14 inició el proceso de consulta sobre el estatuto y contrato marco del sector público, el cual se había consignado formalmente el 23.07.08. Franklin Rondón, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Público (Fentrasep) dijo: “Será una consulta abierta a todos los empleados, obreros, jubilados, pensionados, los integrantes de los consejos socialistas de los trabajadores y las organizaciones sindicales en general”. El dirigente también informó que en el proyecto bajo consulta se incorporaría la figura de las milicias obreras, lo que en opinión de PROVEA constituye un paso más hacia la militarización de las relaciones laborales. El 22.05.14 los dirigentes sindicales Servando Carbone y Pablo Zambrano, de la Unión Nacional de Trabajadores (UNETE) y del Movimiento de Sindicatos de Base (Mosbase), anunciaron que presentarían propuestas
alternas a las presentadas por los sindicatos identificados con el gobierno porque, según señalaron, “[…] se estaría discutiendo un contrato patronal”. El 03.07.14 trabajadores de alcaldías y gobernaciones protestaron a las puertas del MPPPST para exigir su inclusión en la discusión del contrato marco del sector público y rechazar la incorporación de la figura de las milicias obreras en el proyecto.
Jubilados del INE protestaron el 21.01.14 en Caracas para exigir a la directiva del ente respeto a la contratación colectiva. En el Instituto Postal Telegráfico (Ipostel) los trabajadores se mantuvieron movilizados exigiendo la aprobación de un nuevo contrato colectivo luego de 22 años de vencimiento del mismo. Trabajadores de la empresa Hidrobolívar también se movilizaron en varias ocasiones durante 2014 para reclamar la firma del contrato colectivo.
Bajo la consigna “Estoy consciente, mi sueldo es deficiente”, los trabajadores de la estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) protagonizaron uno de los reclamos por discu-sión y firma de convención colectiva más importantes de 2014. Las protestas realizadas por las y los trabajadores de la corporación incluyeron denuncias por el retardo en la discusión de la contratación colectiva, violación de cláusulas contenidas en la convención vencida, prácticas antisindicales por parte de la gerencia, fallas operativas y déficits de equipos, entre otras.
El 12.05.14 el contrato colectivo de los trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro” (Sidor) cumplió cuatro años vencido. Las negociaciones para aprobar un nuevo contrato se vieron interrumpidas en varias ocasiones debido al desacuerdo entre representantes de la empresa y miembros del Sindicato Único de la Industria Siderúrgica y sus Similares (Sutiss).

sábado, 25 de julio de 2015

Derecho al trabajo y a la estabilidad laboral Fuente. Informe PROVEA 2014


Derecho al trabajo y a la estabilidad laboral

La Población Económicamente Activa (PEA), constituida por todas las personas de 15 años y más con disposición y disponibilidad para trabajar, se ubicó en diciembre de 2014 en 14.403.270 personas, de acuerdo con cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) 1. La población con disposición y disponibilidad de trabajar, que representa 65,6% de la población total nacional, creció respecto al mismo mes de 2013, cuando estaba integrada por 13.946.251 personas.
La cifra permite precisar que 457.019 personas pasaron a formar parte de la PEA en los 12 meses entre diciembre de 2013 y el mismo mes de 2014.
El mayor incremento de personas en la población activa, de acuerdo con el INE, fue del género masculino. Las estadísticas indican que del total de personas que se sumaron a la tasa de actividad 306.421 eran hombres, mientras que solo 150.598 eran mujeres. De cada 13 venezolanos ocupados, ocho son hombres y cinco mujeres, con lo cual se repite la preeminencia del género masculino en el campo laboral.
En lo que respecta a las variaciones por grupos de edad, el mayor paso a la población económicamente activa fue dado por las personas de 45 a 64 años de edad, en donde 206.116 personas se sumaron, seguida por el grupo de 15 a 24 años, en donde se observa un incremento de 143.594 jóvenes.
Destaca en las cifras del INE un retroceso en el grupo de 65 años de edad y más en lo que a población económicamente activa se refiere. En diciembre de 2013, 511.154 personas de este rango de edades formaban parte de las personas con disposición y disponibilidad de trabajar. Esta cifra cayó a 498.282 en diciembre de 2014.
Ocupación y desocupación
El grueso de la población activa del 2014 entró en la categoría de población ocupada. De acuerdo con el INE, 13.607.057 personas (94,5% de la población activa) estaban ocupadas en diciembre de 2014, cifra que permite observar un incremento de 0,1% de la tasa de ocupación con respecto a diciembre de 2013, cuando la población ocupada se ubicaba en 13.165.887 personas. Sin embargo, la definición de ocupación siguió generando controversia, pues riñe con el estatus de empleo estable y decente.
El organismo estatal entiende a la población ocupada como aquella integrada por personas de 15 años y más de edad, de uno u otro género, “que declaran haber trabajado con o sin remuneración, por lo menos una hora, durante la semana anterior a la realización de la entrevista”, de modo que un trabajador independiente que haya trabajado la semana previa al menos una hora es calificado como ocupado, aunque este trabajo no le genere estabilidad ni ingresos continuos.
Pese a que la tasa de ocupación creció, la desocupación subió. El INE precisó que en diciembre de 2014 la población desocupada fue de 796.213 personas (5,5%), mientras que en diciembre de 2013 era de 780.364 personas (5,6%), de modo que en términos reales hubo
un aumento del número de personas desocupadas; pero cuando se considera el crecimiento de la población económicamente activa se observa una menor proporción de personas en desocupación.
En junio de 2014 el Ejecutivo inició la consulta nacional de la Ley para el Empleo Juvenil, a propósito de las cifras oficiales del INE que revelaron que a mediados de año la tasa de desempleo entre los jóvenes era de 14,4%. “Más de 350 mil muchachos están sin trabajo (…) El Gobierno espera que con esta Ley y la Misión Jóvenes de la Patria se abra un abanico de oportunidades y se reduzcan los obstáculos para encontrar empleo”, dijo el ministro de la Juventud, Víctor Clark2.
Crecimiento de la informalidad laboral
En cuanto a la segmentación del empleo, las cifras oficiales revelan que de la población ocupada total de 13.607.057 personas, 8.193.897 (60,3%) estaban incorporadas en el sector formal y 5.403.837 (39,7%) en el sector informal. A la población ocupada en el sector formal se sumaron 24.370 personas en diciembre de 2014, comparado con el mismo mes de 2013; pero al comparar el crecimiento del ramo formal respecto a la ampliación de la población económicamente activa, se observa una contracción de 1,8% en este sector. A la par, las cifras del INE muestran una expansión del sector informal, considerando que la población ocupada en la informalidad pasó de 4.996.360 personas en diciembre de 2013 a 5.403.837 personas en el mismo mes de 2014, con lo cual 407.477 venezolanos se sumaron al trabajo informal.
La tasa de informalidad que se ubicó en diciembre del 2013 en 37,9% se elevó a 39,7% en el mismo mes de 2014.
El mayor crecimiento en el sector informal lo protagonizan los trabajadores por cuenta propia no profesionales, grupo al que se agregaron 328.542 personas en el periodo de estudio, en un contexto en el que los gremios empresariales alertaron que las múltiples trabas económicas estaban llevando a los empresarios a informalizarse.
Sector privado es el mayor empleador
En lo que respecta a la categorización por sector empleador, destaca un descenso de la nómina del sector público y un leve incremento de la nómina privada. Entre diciembre de 2013 y el mismo mes de 2014, la nómina pública se contrajo 1,3% al disminuir el número de empleados de 2.786.720 en diciembre de 2013 a 2.709.143 en diciembre de 2014. En contraste, la nómina del sector privado creció 1,3% en el periodo descrito, al pasar el número de empleados de 10.379.167 en diciembre de 2013 a 10.897.914 en el mismo mes de 2014.
Las cifras muestran la fortaleza del sector privado en el campo empleador, pese a los múl-tiples problemas que han conducido a su rezago productivo. De cada 13 ocupados en Venezuela, 10 son empleados por el sector privado y los tres restantes por el ramo público, cuya nómina ha crecido en los últimos años a raíz de las políticas de estatizaciones y expropiaciones.
Llama la atención en las cifras del sector privado, el descenso de las sociedades de personas, empleados y obreros y ayudantes familiares, y el incremento de 1,5% del grupo de trabajadores por cuenta propia, oficio que experimentó un salto en la informalidad. La mayor proporción del salto en el sector privado fue dado por los trabajadores por cuenta propia, que son categorizados como sector informal al no contar con condiciones laborales decentes y estabilidad.
Desempleo como generador de protestas
La pérdida del poder adquisitivo en un entorno inflacionario, aunado al estancamiento en la creación de puestos de empleos, obligó a los desempleados a protestar en más de una oportu-nidad. Un grupo de desempleados cerró a principios de 2014 la carretera nacional Cantaura El Tigre, en el oriente del país, para exigir empleo en el Patio de Tanques de Oficina, adscrito a la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa).
Personas sin empleo fijo del estado Zulia se trasladaron a Caracas para una huelga de hambre frente a la Organización de Estados Americanos (OEA) con el propósito de llamar la atención de la comunidad internacional sobre su situación laboral, luego de exigir en varias oportunidades la depuración del Sistema de Democratización del Empleo (Sisdem), coordinado por Pdvsa, para poder acceder a un puesto de trabajo.
Inamovilidad laboral
Pese a que el país experimentó un bajón productivo en 2014, respecto a años previos, lo que generó un retroceso en la manufactura y el cierre de empresas, el Ejecutivo mantuvo su política de inamovilidad laboral, con lo cual se extendió la medida implementada desde mayo de 2002 para evitar el despido injustificado de los trabajadores.
Durante la firma del decreto, el presidente Nicolás Maduro recordó que el expresidente Hugo Chávez trabajó para que Venezuela tuviera la ley más avanzada del mundo en materia de protección a los trabajadores y la firma de la extensión del decreto, dijo, “es el com-plemento de una serie de medidas para impulsar el trabajo y la producción nacional”.
En el decreto se mantuvo la especificación introducida en 2012, cuando se eliminó el techo de tres salarios mínimos para gozar del beneficio y la posibilidad de denunciar el despido sin justa causa ante la Inspectoría del Trabajo en los 30 días siguientes al hecho. De acuerdo con el documento oficial, los trabajadores amparados por la prórroga no podían ser despedidos, desmejorados ni trasladados sin justa causa, calificada previamente por el Inspector del Trabajo de la jurisdicción.
El decreto mantuvo el amparo a los trabajadores a tiempo indeterminado después del primer mes al servicio de un patrono; a los contratados por tiempo determinado mientras no haya vencido el término establecido en el contrato o, en el caso de que el contrato sea para una labor u obra determinada, mientras no haya concluido la totalidad o la parte de la misma que constituya su obligación. Se mantuvo como en años anteriores la exclusión del beneficio de inamovilidad de los trabajadores que ejerzan cargos de dirección, así como los trabajadores de temporada u ocasionales.
En el decreto, además, se mantuvo la eliminación de la facultad de las Inspectoras o Ins-pectores del Trabajo de ordenar como medida preventiva la reincorporación o la restitución de la situación jurídica infringida por el tiempo que dure el procedimiento; no obstante, se mantiene que los inspectores tramitarán “con preferencia a cualquier otro asunto” los procedimientos derivados de la inamovilidad laboral y procederán “con la mayor eficiencia y eficacia en salvaguarda y protección de los derechos laborales”.
El decreto fija que al patrono que desacate la orden de reenganche definitivamente firme de un trabajador protegido por la inamovilidad laboral especial prevista “se le impondrán las sanciones previstas en la ley”.
Despidos a granel
Pese a la inamovilidad laboral, la preferencia que debían tener las Inspectorías en salvaguardar los procedimientos derivados de la inamovilidad laboral “sobre cualquier otro asunto” y la “mayor eficiencia” a la que hace mención el decreto, las denuncias en torno a la incompetencia de estos entes –adscritos al Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social del Trabajo (MPPPST)– prevalecieron con numerosas protestas, generadas por el caudal de calificaciones de despido emitidas de forma injustificada, el silencio oficial y la inoperancia frente al incumplimiento de órdenes de reenganche.
Fuentes del sector educativo denunciaron el despido de más de tres mil docentes de ocho municipios del estado Lara “por falta de matrícula estudiantil y presupuesto”, informó el secretario nacional de contratación y conflicto del Colegio de Profesores de Venezuela, Frank Andrade, quien señaló que en su mayoría los afectados eran educadores integrales egresados de la Misión Sucre.
En la Alcaldía de Valencia también hubo protestas por la misma causa; en este caso, de 800 trabajadores de diferentes áreas y direcciones a quienes no se les renovó el contrato. El director de recursos humanos de la Alcaldía de Valencia, Iván López, explicó que en este caso no hubo violación pues los contratos eran a tiempo determinado. El Sindicato Único Municipal de Empleados Públicos alertó, sin embargo, que había trabajadores con más de tres contratos continuos, que ya debían haber sido incorporados a la nómina fija, según la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT). A finales de enero, al menos 26 trabajadores habían sido reenganchados.
En Guatire, 22 trabajadores del Concejo Municipal de Zamora fueron despedidos pese a que un mes antes habían sido incorporados a la nómina fija. Mujeres embarazadas y personas de la tercera edad integraban el grupo de afectados. La presidenta del Colegio de Enfermeras de la entidad zuliana, Hania Salazar, fue despedida del Hospital Chiquinquirá de Maracaibo, estado Zulia, “sin motivos”, luego de 33 años de servicio y en medio de la vigencia de la inamovilidad laboral.
Despedidos del Ministerio de Servicios Penitenciarios denunciaron que en los últimos dos años han cesado a más de mil empleados injustificadamente, violando la inamovilidad laboral e incumpliendo, posteriormente, las órdenes de reenganche. También denunciaron despidos indirectos, al trasladar a los trabajadores al interior del país sin bonificación, con trabajo excesivo y con mínimas condiciones de trabajo en el ambiente laboral.
En el ramo privado también hubo registros de despidos injustificados. Representantes sin-dicales del sector textil y de la confección alertaron sobre el despido irregular de 250 trabaja-dores de la empresa Wrangler, tras el incendio registrado el 27.02.14 en la empresa matriz ubicada en Caracas. 70% de los despedidos eran mujeres con una antigüedad de 15 a 20 años. En la privada Pepsi, trabajadores protestaron durante varios días por las notificaciones de despido recibidas luego de que presuntamente la empresa tuviera planes de cerrar sus puertas en El Tigre, estado Anzoátegui.
Múltiples fueron las denuncias de despidos injustificados luego de que los trabajadores afectados revelaran o protestaran por deficientes condiciones laborales. Fue el caso de em-pleados de compañías privadas como Daka, quienes denunciaron despidos injustificados en represalia por haber denunciado irregularidades ante la Inspectoría del Trabajo. Entre las quejas estaban el incumplimiento de beneficios de la LOTTT y el retraso en el pago de la diferencia de utilidades. Un mes después, durante una protesta, los trabajadores denunciaron
que la directiva obligaba al personal a firmar renuncias, con lo cual la nómina se redujo a la mitad. La gerente nacional de recursos humanos, María Eulalia Jara, admitió que por la “situación” del país adeudaban el bono de alimentación y señaló que los trabajadores renunciaron “voluntariamente”.
El incumplimiento de órdenes de reenganche también fue motivo de protesta. 25 traba-jadores de la Hotelera Guaparo, ubicada en el municipio Naguanagua, denunciaron que la compañía privada no quería reengancharlos pese a la orden de la Inspectoría del Trabajo. Los empleados protestaron durante más de 20 días en las instalaciones de la hotelera20. Extra-bajadores de la Alcaldía Metropolitana de Caracas reclamaron el reenganche de 1.158 traba-jadores establecido en la Resolución 6.540 del Ministerio para el Trabajo y Seguridad Social del 08.07.2009. Los desempleados consignaron un documento ante la Fiscalía General de la República para solicitar un pronunciamiento, visto el retraso en el cumplimiento de la medida.
Las inspectorías fueron duramente criticadas como consecuencia de la ola de despidos. A propósito de denuncias de destituciones en la empresa privada Mikro 760 en el estado Aragua, el diputado regional por el Partido Comunista de Venezuela, Eloy Ordaz, instó al Ejecutivo nacional a revisar el trabajo de las Inspectorías, pues “la información que han colado algunos funcionarios es que las calificaciones de despido forman parte de los acuerdos alcanzados entre los empresarios y el alto Gobierno”.
Trabajadores despedidos de la empresa Carbones del Zulia tras 11 años de servicio como contratados señalaron que cumplieron todos los pasos pertinentes, incluida la consignación de la denuncia ante la Inspectoría del Trabajo, y no recibieron respuesta. “Fuimos a la Inspectoría del Trabajo ubicada en Maracaibo y a la Sub-inspectora de Mara solicitándoles que fueran a ver las condiciones laborales en que nos encontrábamos y lo que estaba sucediendo, pero nunca asistieron”, denunció uno de los afectados, Ronald Padilla.
A trabajadores de Puerto Cabello, estado Carabobo, que intentaban denunciar ante la Inspectoría del Trabajo las irregularidades en las empresas portuarias, no sólo se les impidió la entrada al ente sino que se les informó que la Inspectoría no contaba con suficiente personal para atender sus denuncias en torno al despido de 75 trabajadores de la Almacenadora de Contenedores (Almaco), que sirve de depósito a la estatal Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA). En Valencia, estado Carabobo, movimientos sindicales y consejos de trabajadores exigieron una “movida de mata” en las Inspectorías, al señalar que se parcializan hacia los patronos, apuntando que mientras se emiten cientos de calificaciones de despido, los pliegos conflictivos introducidos son “deliberadamente retrasados”.
“Las demandas de los trabajadores son demoradas en detrimento del sector obrero, en una inaceptable parcialización hacia el patrono”, denunció el secretario de la Federación Unitaria Bolivariana de Trabajadores en Carabobo, Julio Polanco.
Precisamente en Carabobo, el caso de 42 trabajadores que fueron despedidos injustifi-cadamente paseó por las Inspectorías de Guacara, Maracay, Valencia y Puerto Cabello, sin resultados positivos y dejando como saldo, hasta julio de 2014, 11 meses de salarios caídos. Los trabajadores presumieron complicidad entre los jefes de las inspectorías.
“Cada día se aprueban despidos en complicidad con las autoridades nacionales del Ministerio [del Trabajo] y sobre todo del viceministro Elio Colmenares, que es quien protege a estos funcionarios, cuando su deber es proteger a los trabajadores”, denunció en otra
protesta por despidos –en diciembre– el diputado a la Asamblea Nacional (AN), Douglas Gómez.
En octubre, los trabajadores entregaron al procurador del Trabajo, Ramón Huiza, un do-cumento en el que exigieron la “depuración y transformación profunda” del Ministerio y sus entes adscritos. En el documento solicitaron respeto a la estabilidad en el trabajo, a la inamovilidad y a los fueros de Ley, así como el cese de la criminalización de la protesta.
El director del MPPPST en el estado Carabobo, Miguel Aponte, criticó que algunos funcionarios defiendan los intereses de los patronos en detrimento de la masa laboral y se hayan convertido en “instrumentos de persecución a la clase obrera”. Anunció en el último trimestre del año que revisarían las calificaciones de despido para evitar destituciones arbitrarias y visitarían las fábricas para verificar los abusos patronales.
Funcionarios de mayor rango del MPPPST no se pronunciaron sobre la política de despidos y los reclamos laborales.

Derecho al salario y a una remuneración justa. Fuente: PROVEA 2014

Derecho al salario y a una remuneración justa. Fuente: PROVEA 2014.

Derecho al salario y a una remuneración justa 2014 fue un año de variación acentuada de precios y notable escasez tanto en la red de supermercados pública como privada. La opacidad en las cifras oficiales se profundizó y el Banco Central de Venezuela (BCV) publicó las estadísticas de la inflación anual con dos meses de retraso, específicamente en febrero de 2015. Según el cálculo oficial, Venezuela registró una inflación acumulada (enero-diciembre) de 68,5%, superior a la registrada en el año previo, de 56,2%. El tema inflacionario fue especialmente sensible en 2014 y se refleja en las está-dísticas del BCV, que indican que la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó 102,2% en el año, siendo el grupo con mayor alza. La pérdida del poder adquisitivo obligó al Ejecutivo nacional a decretar tres aumentos del salario mínimo en el año, distribuidos de la siguiente manera: 10% en enero, 30% en mayo y 15% en diciembre. “Esto es porque estamos en guerra, hay una guerra económica contra el país y tiene efectos sociales”, dijo el presidente Nicolás Maduro durante el primer anuncio de aumento salarial, que el economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, atribuyó a la pérdida del poder adquisitivo. Según los cálculos de la consultora, el salario mínimo real sufrió una caída de 9,03% al cierre del 2013, mientras que el salario promedio retrocedió 13,2%. Con estos ajustes, el salario mínimo se ubicó al cierre de 2014 en Bs. 4.889,11, una variación total de 55%. Pero en enero de 2015, en un intento desesperado de salvaguardar el poder adquisitivo, el Ejecutivo decretó un nuevo aumento salarial de 15% que llevó el salario mínimo a Bs. 5.622,48. Los ajustes decretados por el Presidente solo benefician a 40% de la masa laboral venezolana, que es la que devenga salario mínimo y un poco más, pero sin llegar a dos salarios mínimos, de acuerdo con el viceministro del Trabajo, Elio Colmenares. Las variaciones salariales fluctuaron en función del sector. En el caso de los trabajadores petroleros se aprobó un aumento salarial de 90,07% entre Pdvsa y la Federación de Trabajadores Petroleros de Venezuela para la convención colectiva 2013-2015. En mayo, el presidente Maduro autorizó ajustes en el tabulador salarial del sector público, con lo cual, en el caso de los obreros en el grado menor de la primera escala salarial, la remuneración se ubicó en Bs. 4.251,50 y la máxima remuneración en Bs. 7.256,90. Para el personal administrativo, la máxima remuneración quedó en Bs. 10.462,06 para el profesional tipo III. Los aumentos en el sector militar también se diferenciaron pues sobrepasaron la escala salarial de los civiles, desatando una ola de debate. Entre 2010 y 2014 los uniformados recibieron incrementos salariales de 235%, 74% más que los ajustes al salario mínimo de los civiles, que en el mismo período reportaron aumentos de 161%, la mayoría de ellos fraccionados. Como en años anteriores, gremios y organizaciones laborales critica-ron la falta de seriedad en los anuncios de aumento salarial al no considerar variables como la inflación y no consultar a las partes. “La medida fue improvisada y ratifica la política del Ejecutivo de no consultar a todas las partes”, dijo Froilán Barrios, representante del Frente
Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess). La Canasta Alimentaria Normativa (CAN) calculada por el INE se ubicó en noviembre de 2014 en Bs. 6.382,62, un monto que supera el salario mínimo con el cual la familia venezolana debe cubrir también gastos por servicios, salud, educación y transporte, entre otras categorías. El Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas FVM) precisó por su parte que el costo de la canasta alimentaria en diciembre de 2014 escaló a Bs. 17.230,42, de modo que una familia venezolana requería ese mes 3,5 salarios mínimos para cubrirla. La cesta de alimentos, precisa el estudio, subió 106,4% entre diciembre de 2013 y diciembre de 2014. Para compensar la variación de la inflación, sin atacar la raíz estructural del alza persistente de precios, el presiden-te Nicolás Maduro aprobó a finales de 2014, por vía habilitante, la reforma a la Ley de Alimentación de Trabajadores, con lo cual incrementó la base de cálculo del ticket de alimentación de 0,25 Unidades Tributarias (UT) a 0,50 UT, mientras que el monto máximo se llevó a 0,75 UT. El beneficio subió ligeramente, pero el ascenso de los precios impide la cobertura de la cesta de alimentos. El primer mandatario anunció el estudio de una modalidad de beneficio “farmacéutica alimentaria” para los pensionados, pero al cierre del año aún no había sido implementada. En su informe anual Panorama Laboral 2014, la OIT indicó que en Venezuela “el salario mínimo real se ha visto afectado por la aceleración inflacionaria”, en un contexto regional de desaceleración económica que ha puesto en duda las posibilidades de seguir avanzando y contempla incluso el riesgo de que se reviertan algunos logros alcanzados. El organismo llama la atención no solo en el desempleo, sino en los problemas relacionados con la calidad del empleo, al apuntar que en la región hay 130 millones de ocupados en condiciones de in-formalidad, lo cual habitualmente implica malas condiciones laborales, desprotección, inestabilidad y falta de derechos. “La promoción del trabajo decente es precisamente uno de los temas principales que la comunidad internacional está tratando en el marco de la discusión sobre los objetivos de desarrollo más allá de 2015. En este caso, se trata de reconocer la importancia del empleo como componente del desarrollo sostenible y pieza clave de un crecimiento más robusto e inclusivo”. Aunque las cifras oficiales del Producto Interno Bruto 2014 no habían sido publicadas hasta el cierre del primer trimestre de 2015, la OIT mostraba las proyecciones de retroceso económico de Venezuela con base en las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que proyectaban una caída de 3% del PIB al cierre de 2014, retro-ceso que se desaceleraría para 2015, cuando cerraría en 1%. En medio de la pérdida del poder adquisitivo, las manifestaciones por mejoras socioeconómicas se acentuaron, como en el caso de los trabajadores del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), quienes protestaron para exigir un aumento salarial, reposición de primas, compensación y actualización científica, entre otros reclamos37. Enfermeros del estado Carabobo marcharon en el Día Internacional de la Enfermería para exigir “sueldos justos”, así como el pago de las prestaciones a los jubilados, cargos fijos y dotación de insumos, una solicitud que se replicó en varios estados del país. En Caracas, un grupo de enfermeros del Hospital Materno Infantil Comandante Hugo Chávez trancaron la Intercomunal de El Valle luego de seis meses sin cobrar sus sueldos. En algunos casos se incumplió con ajustes salariales acordados previamente. Fue el caso del Hospital Materno Infantil José María Vargas, en el estado Carabobo, en donde el presi-dente del Colegio de Médicos, Fernando Henríquez, denunció que 800 profesionales tenían –en abril– siete meses esperando el pago del aumento salarial de 75% aprobado por el Ejecutivo nacional en septiembre de 2013. Madres Integrales de los Simoncitos Comunitarios del estado Aragua protesta-ron por más de dos meses de retraso en
el pago de sus salarios y la falta de beneficios laborales, pese a que cumplían con una jornada diaria de ocho horas, reclamo que también hicieron en distintas partes del país las Madres Procesadoras del Programa de Alimentación Escolar (PAE). En diciembre, 62 mil Madres Procesadoras formalizaron su ingreso a la Corporación Nacional de Alimentación Escolar (CNAE), “que les garantiza un trabajo fijo, con salario mínimo mensual y seguridad social”, de acuerdo con el ministro de Educación, Héctor Rodríguez. Trabajadores denunciaron el incumplimiento de la LOTTT, en cuanto a la eliminación de la tercerización y la garantía del pago del salario por el trabajo realiza-do. En enero de 2014, 220 trabajadores que habían sido con-tratados a finales del año anterior para atender una contingencia en la recolección de basura en Maturín, estado Mona-gas, protestaron para exigir ser contratados, además de re-clamar el pago del mes de trabajo. En la Zona Educativa del estado Zulia, 200 personas –obreros, educadores y personal administrativo– protestaron en enero de 2014 para exigir la asignación de cargos fijos. Educadores, obreros y personal administrativo de la Zona Educativa del estado Lara realiza-ron una toma de más de 20 días de las instalaciones para exigir el pago de salarios y cargos fijos, luego de “dos y hasta seis años sin percibir sueldo”. Personal de mantenimiento de las escuelas públicas nacionales del estado Carabobo denunciaron que al igual que más de mil obreros no había cobra-do ni un bolívar desde que iniciaron sus servicios en 2008, y transcurridos cinco años les dijeron que no les podrían dar los cargos porque ninguno era bachiller. Los tercerizados también exigieron cumplir con la eliminación de la tercerización establecida en la LOTTT, con múltiples protestas en las empresas básicas de Guayana y otros estados del país. Las protestas de los trabajadores han trascendido también el plano reivindicativo, como se observó en periodos anteriores, para exigir inversiones y provisión de materia prima. En 2014, trabajadores de la Industria China Venezolana de Taladros (ICVT), ubicada en el estado Anzoátegui, protestaron por varios meses con el cierre de vías en dos oportunidades para exigir aclarar el destino de la industria, pues la falta de insumos mantenía paralizado el ensamblaje de taladros, de-tención que en cadena afectó los beneficios laborales.
Trabajadores de la Faja Petrolífera del Orinoco protestaron en los portones de PDVSA División Ayacucho en San Tomé, estado Anzoátegui, para exigir al presidente de la empresa, Eulogio del Pino, una revisión del tren gerencial, pues según el secretario general del Sindicato Nacional Único de Trabaja-dores Petroleros, Luis Díaz, no han tenido respuesta sobre las solicitudes de mejoras en las condiciones de trabajo, implementos de seguridad y herramientas para taladros. Trabaja-dores del Hospital General de los Valles del Tuy Simón Bolívar protestaron por la falta de insumos que ha obligado a los pacientes a proveer desde una jeringa hasta el yeso, así como por la violación del contrato colectivo. “No hemos cobra-do los aumentos decretados por el presidente Nicolás Maduro”, dijo Corina Guerrero, secretaria del Sindicato Único de Trabajadores de la Salud. La coyuntura económica por la baja en la asignación de divisas, la inflación y el aumento de los gastos laborales y operativos, también motivó protestas. Uno de los casos más emblemáticos fue el cierre indefinido de la empresa Clorox por falta de rentabilidad y caída operativa, lo cual generó de inmediato la protesta de 790 trabajadores de la compañía privada. El gerente general de Clorox, Oscar Ledesma, informó a los empleados que les serían canceladas las liquidaciones y contarían con seguro médico pagado por un año; pero los trabajadores no se conformaron y se mantuvieron en vigilia hasta que el Ejecutivo formalizara la ocupación temporal de la empresa y constituyera una junta administradora temporal, con miras a reactivar las operaciones. La crisis en el sector automotriz significó la paralización de empresas y la pérdida de puestos de trabajo. Christian Pereira, presidente de la Federación Unida de
Trabajadores Auto-motrices, Autopartes y Conexos (Futacc), informó en julio en torno a las 400 autorizaciones de despido solicitadas por las empresas Encava y Ford, lo que obligó a que los trabajadores se declararan en emergencia. Los trabajadores del sector marcharon hasta la capital de Carabobo para solicitar al gobernador Francisco Ameliach su intervención en la situación, pero no fueron atendidos por el mandatario regional. En la misiva que consignaron ante la Gobernación pidieron el cese de hostilidades, un plan que reactive la industria y el rechazo al incremento de la importación de vehículos mientras la industria nacional atraviesa una crisis. Trabajadores de Sur-americana de Soplados C.A., ubicada en el estado Carabobo, reclamaron la reactivación de la planta –luego de un mes paralizado, la continuidad de la producción nacional y el pago de salarios adeudados por la compañía privada, fabricante de tanques de gasolina, cuyos accionistas decidieron cesar operaciones desde el 29.09.14, tras nueve meses sin tener una producción óptima. La reestructuración de ministerios, ordenada en septiembre por el presidente Nicolás Maduro como una vía para reducir la burocracia, generó alarma en los trabajadores, principalmente en los contrata-dos, los más débiles en este tipo de casos.
La Gaceta Oficial N° 40.489 del 03.09.14 oficializó en el Decreto 1226 la eliminación de los ministerios de Educación Universitaria y de Ciencia, Tecnología e Innovación; y en el Decreto 1.227 la supresión de los ministerios del Ambiente y de la Vivienda y Hábitat para crear el Ministerio de Vivienda, Hábitat y Ecosocialismo. Servando Carbone, coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores, dijo que en estos casos los más vulnerables de quedar cesantes son los contratados, que ascienden a 1,25 millones de personas en la nómina to-tal de la administración pública central. El ministro de Vivien-da y Hábitat, Ricardo Molina, aclaró en una asamblea que la estabilidad laboral no sería afectada por la fusión.

miércoles, 15 de julio de 2015

martes, 14 de julio de 2015