28/02/17
A QUIEN PUEDA INTERESAR
¿EL FRACASO DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI Y LEGADO EN
MANOS DEL PRESIDENTE OBRERO?
El presidente Hugo Rafael Chávez Frías llevo a su práctica una corriente
política llamada socialismo del siglo XXI, que se concreta a través de las
misiones y grandes misiones, que financia el gobierno nacional con recursos de
todos los venezolanos, para beneficiar con becas, pensiones, créditos y subsidios
a todos aquellos que se autocalifiquen chavistas, o militantes del Partido
Socialista Unido de Venezuela, del cual Hugo Chávez es al mismo tiempo
presidente, quien manifestó públicamente y en reiteradas oportunidades, que él
no creyó en las organizaciones sindicales. Igualmente negó la negociación
colectiva de trabajo voluntaria entre trabajadores y patronos o en la
organización social del pueblo, lo cual se traduce en no aceptar el liderazgo
colectivo, él se, pensó ser el único líder absoluto, por lo tanto aquel que se
le oponía pasaba a ser un escuálido,
contrarrevolucionario, pitiyanqui, oligarca y enemigos del pueblo porque;
Chávez se consideraba no solo Presidente del Ejecutivo Nacional, también del
Poder Legislativo Nacional, del Tribunal Supremo de Justicia, de la Fiscalía,
del Poder Electoral, del Consejo Moral Republicano, pero además representante
de los trabajadores, de los campesinos, de los profesionales y técnicos, de las
amas de casa, de los vecinos. En otras palabras, no creía en la organización
social de los ciudadanos.
Este socialismo del siglo XXI es simplemente un régimen autoritario y militarista
que no respeta los derechos humanos y por tanto no respeta los derechos de los
trabajadores venezolanos consagrados en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
Este legado quedó en manos del presidente obrero Nicolás Maduro Moros,
venido según ellos, del movimiento sindical, para que concluyera el proceso en destrucción
iniciado por su comandante; ocasionando graves consecuencias para los
trabajadores o los asalariados. En manos de Maduro se radicaliza la negativa de
negociar los contratos colectivos de trabajo y se utiliza el Ministerio del Trabajo
como instrumento de persecución política contra los promotores y líderes
sindicales. Solo se aumenta el salario mínimo de los trabajadores sin ningún
estudio socio económico, para considerar el posible impacto social de estos
aumentos decretados a discreción presidencial y la cesta ticket que fue
decretada para una comida balanceada, por jornada laborada para el trabajador y
éste se utiliza reafirmado públicamente en cadena nacional, por el propio
presidente obrero como arma de guerra para la destrucción del aparato
productivo nacional.
No solo han destruido empresas productivas; con ellas han acabado con
empleos estables y bien remunerados, la autonomía y la libertad sindical, el
derecho a la negociación colectiva de trabajo y el derecho a huelga; derechos que deben ser garantizados por
todos los órganos del Estado, en un sistema de gobierno donde funcione la
independencia de los poderes públicos y la democracia; pero lamentablemente
este no es el caso de Venezuela, que se encuentra gobernada por un régimen que
se autocalifica socialista y violenta el
Estado de derecho de la clase trabajadora, que ha traído como consecuencia la
escasez de alimentos, medicinas y salarios insuficientes; causa principal de la
hambruna que hoy vive el pueblo venezolano y el Presidente obrero, como él se
hace llamar, nada que se preocupa por
resolver esta grave situación que golpea duramente la calidad de vida y el
futuro de la familia venezolana.
“Por la Negociación Colectiva de Trabajo con equidad y justicia”
¿Resulta incompatible ser chavista y sindicalista a la vez?
Atentamente.
Ildemaro G. Cardozo G.